El aislamiento social como método de prevención para desacelerar los contagios de la COVID-19 ha provocado un aumento histórico en Puerto Rico de licencias expedidas para el consumo de cannabis medicinal, a la vez que los dueños de dispensarios confirman un incremento hasta de un 100% en ventas durante los pasados dos meses y medio. Así lo destaca la nota publicada por Primera Hora.
Para marzo, el mismo mes que el gobierno decretó un toque de queda que puso un candado temporal a muchos comercios y obligó a los ciudadanos a estar en confinamiento, en la Oficina de Cannabis Medicinal del Departamento de Salud -agencia que fiscaliza la industria en la isla- se empezó a registrar más solicitudes de renovación y licencias que de lo ordinario de pacientes que recibieron una recomendación médica para el uso de cannabis como tratamiento para sus condiciones de salud.
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