La resistencia a los antibióticos avanza por todo el mundo, según alerta la Organización Mundial de la Salud. Y el problema no es baladí: si se abusa de los medicamentos que deben combatir a los organismos causantes de las enfermedades, cada vez será más difícil enfrentarlos con fármacos. Además, su resistencia es más rápida que los avances médicos que los combaten. Así lo explica la nota publicada por El Confidencial.
Por ello, la ciencia también tantea utilizar elementos menos habituales en esta batalla. Uno de los más recientes es el cannabis o cáñamo, que contiene sustancias antibacterianas de una potencia superior a las utilizadas de forma habitual y que puede ser utilizada para combatir la SARM, término con el que se conoce al ‘estafilococo aéreo resistente a la meticilina’, una bacteria inmune a ciertos derivados de la penicilina. Esta cepa, que constituye el caso más habitual de resistencia, se está convirtiendo inmune a la vancomicina (con el nombre de SARV).
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