Desde 2016 Italia cuenta con una ley que permite el cultivo del cannabis “sativa” para fabricar, entre otras cosas, cosméticos, abonos, materiales de construcción biológicos, productos textiles, combustibles biomasa y también alimentos y bebidas. No obstante, para elaborar comestibles, primero se debían aclarar los límites permitidos de tetrahidrocannabinol (THC), la sustancia psicoactiva del cannabis, lo que finalmente ocurrió, informó la agencia de noticias DPA. Así se lee en la nota publicada por Ámbito.
La Gaceta Oficial del Estado italiano publicó un decreto del Ministerio de Salud que establece la cantidad máxima de THC que pueden tener los alimentos hechos con semillas, harina o aceite de cannabis.
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