Pese a que Colombia fue uno de los primeros países latinoamericanos en reglamentar la cosecha, tenencia, producción, distribución, comercialización y exportación de sustancias derivadas de la marihuana en 2017, los empresarios se quejan de la lenta implementación de la ley y la demora en ajustes clave para que las ventas fluyan. Así lo destaca la nota de Nelson Bocanegra publicada por Reuters.
Sólo dos compañías colombianas (Clever Leaves, que tiene capital colombiano y estadounidense, y la colombo canadiense Pharmacielo) han logrado exportar cannabis colombiano (a Londres y a Suiza respectivamente) después de tres años de estar en el negocio.
“Quisiéramos que todo fuera más rápido, mejor, pero estamos ante un sector creciendo y formándose”, dijo a Reuters Julián Wilches, director de asuntos corporativos de Clever Leaves. “Eso va a tomar un tiempo”.
La compleja normatividad exige desde permisos de las autoridades agrícolas y médicas hasta el aval de la Policía Antinarcóticos y de los organismos que regulan los estupefacientes, en un país reconocido como uno de los mayores abastecedores mundiales de drogas ilícitas.
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